Mucho ruido y poco tiempo

Por fin los habían encontrado, en unos pocos pasos podrían abrazarlos y llevárselos a casa. Todo había salido bien, todo. Una enorme sonrisa les iluminaba la cara, un brillo que se fue haciendo mas y mas fuerte hasta que no podían verse los unos a los otros....

Un destello los cegó completamente. Un atronador sonido hizo que todas las ramas de los árboles se estremeciesen y los devolvió a la realidad. Una nube de polvo no tardó en alcanzarlos haciendo que retrocediesen. Darken y Mildret se pegaron el uno al otro instintivamente. El impacto venia justo de donde estaban sus compañeros, intentaron gritarles pero otra explosión hizo que sus palabras sonasen tanto como el silencio.

El siguiente impacto fue a parara pocos metros a la derecha de donde se encontraban, muchas astillas les azotaron así como ramas, hojas y piedras del suelo. Comprendieron que no podían quedarse allí quietos, tenían que huir, tenían que regresar con los guerreros. Se giraron completamente y lanzaron sus piernas en dirección a donde habían visto a Erion por ultima vez. Mildret profirió un grito y calló de rodillas al suelo agarrándose ala cintura de Darken. Su pierna estaba herida, una rama había atravesado su pierna. El chico intentó levantarla pero apenas podían caminar y un nuevo impacto los derrumbó, este había estado mas cerca y varias piedras les golpearon magullándose aun mas.

"Es imposible.... estábamos tan cerca.... ¿¿POR QUE?? ¿¿Por que tiene que acabar todo así??... Sniff, sniff... Aun me quedaba mucho por vivir... Yo... yo..."

Darken la consoló de la única manera que se le ocurrió, y que además era la forma en la que quería morir si no había mas remedio. Selló los labios de la chica con un fuerte beso.

Todo se ralentizo para ambos, sus labios se encontraban pegados en una fusión que les hizo olvidarse de todo lo que pasaba a su alrededor. Las explosiones sonaban distantes, las ráfagas de polvo que pasaban parecían simples brisas. Unos segundos de paraíso en medio de un infierno.

Un estremecedor sonido sonó a sus espaldas y de repente fueron separados por una terrible fuerza que los precipitó en direcciones opuestas.

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Erion después de la primera explosión intentó precipitarse para buscar a los dos chicos peor los guerreros se lo impidieron y le obligaron a retroceder. Era algo increíble lo que estaba sucediendo, algo estaba arrancando los árboles con unas temibles explosiones, los troncos de estos se quebraban ante las explosiones y caían arrastrando con sigo a los árboles mas jóvenes.

"¡¡Tenéis que separaros!! Están atacando hacia el centro, tenemos que flanquear el bosque para poder escapar"

Los guerreros no dijeron nada, pero tardaron un tiempo en reaccionar. Observaron la secuencia de ataques y vieron que el hombre tenia razón, pero no huirían. Indicaron al pastor que se retirase. Tenían intención de acabar con las armas del enemigo que eran capaces de crear tal destrucción.

Erion no pensaba regresar solo. Además aun no había visto el estado en el que se encontraba su casa. Acompañó al grupo de guerreros que habían partido hacia el flanco izquierdo. Se vengaría por lo que estaban haciendo aquellos seres.

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Las caras de los chicos se vieron separadas y sus cuerpos se precipitaban en direcciones opuestas mientras una gran presión en sus pechos les hacia difícil respirar. No podían apartar la mirada el uno del otro y era inevitable pensar que todo había acabado. Algo se interpuso entre sus miradas, pero prono desapareció. Notaron que de nuevo algo les volvía a tapar y notaron entonces que ya no retrocedían pero la presión en el pecho aun al tenían, sus piernas no tocaban el suelo. ¿QUE ESTABA PASANDO?

"No os importara que os recogiese por el camino, ¿verdad?"

"LAGUAN" gritaron al unísono.

El fuerte Laguan los había cogido por las cinturas y cargaba con uno en cada lado corriendo a toda prisa, alejándose del enemigo. Cuando llegaron al claro no se detuvieron, no había rastro de los guerreros y no pensaban quedarse a averiguar que había pasado. Un rayo cruzo la mente de Darken entonces habló.

"Laguan, ¿donde están el resto?"

El rostro del chicarrón se ensombreció y simplemente negó con la cabeza.

Doble Premio Don de la Amistad

Pues en esta ocasión Kurt y Jordi de La warra de los mundos y The Pilingui's House me han concedido este maravilloso premioel cual recogo con agrado y gran placer. Pues tal y como dice la amistad es una d elas mejores cosas que hay en el mundo. Por ello me complace el compartir este premio con:

La estirpe de Zarathustra
Soñadora empedernida
Soñando aunque sea un poquito
El rincon de Pikaro
El diario de Clementine

Un besazo y un abrazo a todos y hasta pronto, y perdonade si ya no me veis comentar tanto en vuestros blogs. Estoy bastante mal de tiempo y hago lo que puedo. ^_^

Preocupación en las alturas

Después de que el grupo partiese Sally volvió a quedarse con Shana. Últimamente ambas pasaban mucho tiempo juntas y se lo pasaba muy bien. Pero echaba de menos a su hermano. Con todo el jaleo que había y con que se había puesto a trabajar, ahora no había forma de que pudiese divertirse con el. Se sentía triste, pero procuraba ocultarlo para no molestar a Shana. Era de madrugada y suponía que Darken y el resto ya estarían cerca de su destino. Ella se preparó para ir a clase. Se puso su vestido ayudada por una de las criadas. La camisa, la falda, un bonito lazo azul en el pelo y una sonrisa radiante que llenaba su cara después de que la criada le anunciase que ese día en la escuela los llevarían de excursión a la parte mas alta de Ebano Negro donde podrían ver las vistas mas bonitas de todo el planeta.

Le siguió un desayuno rápido, pus la pequeña no podía aguantar a ver aquellas vistas y sobretodo el poder ver desde arriba como su hermano rescataba a sus compañeros, estaba segura que lo vería salvándolos apartando a enemigos a un lado y a otro.

Harko había pasado la noche en su fábrica mientras que Shana apenas había descansado desde la partida del grupo, ahora dormía y uno de los criados se encargó de acompañar a la pequeña hasta el colegio. El hombre era de avanzada edad, con una calva rodeada de una pequeña mata de pelo blanquinoso y un bigote bastante poblado, vestía de traje como casi todos los criados pero el suyo se veía mucho más limpio y elegante. El hombre no podía llevarla en los hombros como hacia Harko ni tampoco le hablaba acerca de las muchas plantas curativas que existían como hacia Shana, pero en cambio le estuvo explicando la importancia de las Oraculos y que antes tenían muchísimo mas poder, que podían hasta crear tormentas para que el agua regase la vegetación o ayudar a apagar algún fuego. Y muchas otras cosas más.

A la llegada al colegio la pequeña se despidió del hombre dándole un beso en la mejilla. Una tierna sonrisa se dibujó en la cara del anciano. Sally se alejó y se le unieron rápidamente el grupo de chicas adoradoras de Chiijara. La cual no tardó en pasar con aire altivo cerca del anciano mayordomo.

"Dichosos los ojos Navance. Hacia muchísimo que no te veía sonreír de tal manera. Ni siquiera cuando Shana era pequeña y al traías."

"Buenos días, señora. Hacia tiempo que no acompañaba a una pequeña al colegio y ha sido muy especial. He podido notar en ella una gran vitalidad y unas aptitudes increibles para ser Oraculo." El anciano Navance lanzó una mirada de complicidad a la mujer de vestido blanco y caperuza azul. Ambos esbozaban una sonrisa.

"Si, no hace falta que me lo digas, ya lo note la primera vez que la vi. Si aceptase la Conjura estoy segura de que podría llegar a convertirse en una Oraculo de mi mismo nivel."

"Incluso podría superarte... pero el destino dirá. Espero que una vez regrese su familia les llegue la propuesta."

"En efecto. Fue una lastima que la made de Shana la rechazase. Ella también podría haber sido una gran Oraculo"

Un silbido agudo corto al conversación. Ya estaba todo listo y se disponían a partir, los niños en fila fueron montando en los Rizun mas grandes que jamás habían visto. Todos los niños se encontraban boquiabiertos ante aquellos majestuosos animales. Subían 7 niños y un profesor en el lomo de cada uno.

En poco todos habían subido a los Rizun y la velocidad que alcanzaban aquellos animales era aun mas impresionante que su tamaño. En apenas media hora alcanzarían la copa de Ebano Negro, subían casi totalmente en vertical. El viento en la cara de los chicos hacia que apenas pudiesen abrir los ojos y se sujetaban con fuerza a las lianas que los mantenían sujetos a la espalda del Rizun. Sally escuchaba el viento pasar y algunos sonidos de la gente que se encontraba en las ramas que dejaban atrás.

La velocidad del Rizun empezó a disminuir y la pequeña intentó abrir los ojos pero no pudo, le picaban y hasta que no estuvo completamente parado no los consiguió abrir del todo. Lo que vio la dejó boquiabierta. Un enorme manto de diferentes verdes se extendía a sus pies. El sol hacia brillar las copas de los árboles y todo se movía como si fuese un charco de agua. El viento mecía las hojas de un lado a otro. A lo lejos un azul esmeralda atravesaba todo el verde de los árboles. Un precioso y gigantesco río cuyas aguas alimentaban a todos los árboles, incluido Ebano Negro.

El mirador era completamente circular y les permitía una vista de absolutamente todos los alrededores. Fueron girando y aquel maravilloso paisaje no se acababa, peor de repente una mancha negra apareció en medio de aquella majestuosa vista. Era la zona que el enemigo había atacado con su fuego. Todo estaba quemado y solo había cenizas y los árboles ennegrecidos por las llamas. Bajó la mirada y pudo ver como se extendían las raíces de Ebano Negro, pudo identificar el camino por el que habían venido y se esforzó en mirar a lo lejos para ver si veía la casa de Erion y a su hermano, pero no pudo lograrlo. Un fogonazo de luz le llamó la atención. Pudo ver como varios árboles caían y como los fogonazos se iban sucediendo en una secuencia espantosa. Un escalofrío recorrió la espalda de la pequeña. ¿Tenían armas tan grandes los enemigos? ¿Su hermano estaría bien?

Chiijara la abrazó.
"Tu hermano volverá, mi madre lo ha visto en una de sus visiones"
Pero las palabras de la niña no la consolaron, estaba realmente asustada.