Expedición de rescate

Todos parecían nerviosos mientras se preparaban para marchar, hacían planes de lo que harían una vez llegasen, comprobaban las armas que tenían y como harían para liberar a sus compañeros de forma rápida. Harko se que daba a un lado, mirando, sin decir palabra y Shana se le acercó.

"Te conozco papá. ¿Cuantas expediciones has enviado delante?"

"Dos. Las mejores. Con 100 guerreros en cada una."

"Entonces los dejas ir por eso, ¿no?"

"Son sus compañeros. Si les negase el derecho de ir a ayudarlos no me lo perdonarían. Todos queremos hacer siempre lo que este en nuestra mano para ayudar a los nuestros."

"¿Y crees que estarán bien?"

"Sabíamos de esa base hace días. Cuando lleguen todo estará acabando. El peligro será mínimo"

Harko se separó de su hija y se puso a hablar con el resto de la mejor forma de atacar. Les explicó el uso de las armas que les había dado y ayudó con los bártulos que llevaban para liberar a sus compañeros. Aquella misma noche saldrían.

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La tarde se empezaba alzar cuando Laguan despertó. Se sentía mareado pero estaba vivo. Intentó moverse pero algo tensaba sus brazos y piernas, estaba inmovilizado. Miró a su alrededor pero lo que vio no le pareció nada familiar y mucho menos agradable. Estaba rodeado de unos palos hechos del material que utilizaba el enemigo. El techo, bastante bajo, y el suelo también se encontraban completamente hechos de este material. Parecía una caja de gran tamaño. Cabía sentado y podía moverse un poco, pero ni ponerse de pie ni mucho menos estirarse. Igualmente se encontraba atado con una especie de liana hecha también de aquel extraño material. Manos atadas a la espalda y pies juntos. Mirando a su alrededor pudo observar como había mas cajas como en la que el estaba y observo a otros también encerrados en ellas. En la mas próxima pudo ver a Dorfont, pero el únicamente estaba encerrado no atado.

Antes de poder decir nada Dorfon habló.

"...eres el único atado, nos vigilan constantemente..."

Varios soldados circulaban mirando a sus prisioneros. Algunos les escupían y otros les golpeaban con las armas que portaban. Hasta la llegada de uno. Todos se postraban firmes ante este. En su boca tenia una especie de rama encendida y exhalaba humo. Lanzo varios gritos que no llegaron a comprender, pero después de eso no volvieron a escupirles mas.

Laguan estaba algo confundido, pero no cesaba de intentar liberarse de sus ataduras. Las había estado intentando forzar durante todo lo sucedido, ahora notaba que haba conseguido aflojarlas un poco. Un golpe lo sobre saltó, venia de la parte trasera de su jaula, era Igres. Traía con sigo unas flores de elevación. Estas se solían colocar debazo de cargas pesadas y tras aplastar su s pistilos estas separaban sus pétalos con una fuerza increíble levantando cualquier peso, pero solo unos centímetros, así podían empujarlos hasta el lomo de un Broink. No necesitó más que eso para hacer que uno de los lados de la caja se abriera con una puerta.

"Ahora, quédate aquí dentro. En cuanto estén todas las cajas abiertas nos marchamos....Y procura hacer algo con esas cosas que te han enrollado"

Una de las patrullas regresaba y Igres corrió hasta su jaula, se metió y cerró con cuidado. Parecía que podrían escapar de allí. Hasta que empezó un sonido que ya era familiar. El sonido de la guerra.

Parecía que alguien estaba atacando y los invasores se defendían. Una sirena sonó con un tono casi ensordecedor. Por delante de las jaulas pasaban múltiples soldados.

".... Harko ha enviado las tropas de rescate..."